El candidato socialista peruano Pedro Castillo mantuvo una estrecha ventaja el martes por la noche en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del país, mientras aumentaban las tensiones por las papeletas impugnadas y las acusaciones de fraude, lo que provocó protestas frente a la oficina electoral.
Castillo, que ha preocupado a los mercados y a las empresas mineras con sus planes de sacudir la política del país rico en cobre, tenía una ligera ventaja de alrededor del 50,3%, por delante de su rival de derecha Keiko Fujimori con un 49,7%, con casi el 98% de los votos. contados.
Eso equivale a una ventaja de 88.000 votos.
Es probable que el conteo preliminar finalice el miércoles, aunque se han impugnado unos 300.000 votos y deberán ser revisados por un jurado electoral, que tardará días en resolverse.
No está claro si esos votos impugnados serán suficientes para inclinar la elección a favor de Fujimori, especialmente después de que Castillo amplió modestamente su ventaja durante el día desde tan solo 70.000 votos.
El lunes, Fujimori hizo acusaciones infundadas de fraude, lo que avivó una situación ya tensa, y publicó un hashtag para que los usuarios de Twitter presentaran instancias de lo que llamó “irregularidades”.
Expertos electorales, incluidos observadores internacionales, dijeron a Reuters que no se había observado ningún fraude, pero eso no impidió que la gente organizara protestas.
“Estamos protestando por el flagrante robo electoral. La (oficina de elecciones) está jugando a favor del señor Castillo, están tratando de cometer un fraude a su favor”, dijo Fernando Tavera, un manifestante pro Fujimori frente a la oficina de elecciones.
Los partidarios de Castillo también acudieron en masa a la oficina electoral para expresar su apoyo en las contraprotestas. Ambos grupos de manifestaciones fueron pacíficas.
Lourdes Morales, quien apoya a Castillo, dijo: “Creemos que es un escándalo la forma en que (Fujimori) ha aumentado su número de votantes”, refiriéndose a cómo la conservadora había reducido lentamente la brecha con Castillo durante la mayor parte del día. “Y eso genera incertidumbre”, dijo.
Lima es donde Fujimori tiene más apoyo. Castillo, hijo de campesinos, había subido al final del conteo a medida que llegaba más voto rural, liderando por más de 100.000 votos en un momento. Sin embargo, impulsado por los votos internacionales, Fujimori comenzó a ganar terreno nuevamente.
Fujimori, descendiente de una poderosa familia política, dijo que tenía la esperanza de cerrar la estrecha brecha con Castillo el lunes por la noche.
Los mercados en Perú se tambalearon por segundo día, luego de caer con fuerza el lunes ante la expectativa de que Castillo ganara. La bolsa de valores de Perú cayó un 0,74%, aunque la moneda local, el sol, se fortaleció un 0,33%.
El drama ha dejado a los peruanos pegados a los medios mientras miran el recuento. Pero aún pueden faltar días para el resultado final, y las papeletas impugnadas podrían ser clave.
Hay unas 1.385 ‘actas’ o mesas de votación impugnadas, lo que probablemente equivaldrá a unos 300.000 votos. Están programados para ser contados por un comité especial creado por la junta electoral, que podría llevar al menos una semana.
Si Castillo gana, los inversores buscarán ver si intenta calmar al país después de las divisivas elecciones y cuál es su mensaje inicial sobre la dirección de la política económica y las perspectivas de inversión, dijo Goldman Sachs.
Castillo ha prometido volver a redactar la constitución para fortalecer el papel del estado y obtener una mayor parte de las ganancias de las empresas mineras. Fujimori se ha comprometido a seguir un modelo de libre mercado y mantener la estabilidad económica en Perú.
Azhar Hussain, director de crédito global de Royal London Asset Management, dijo que los temores del mercado sobre Castillo estaban potencialmente sobre inflados.
“La reacción (del mercado) a Perú es bastante moderada”, dijo. “Para empezar, tal vez nos quedamos atrapados en la narrativa de que fue una elección binaria … Tal vez desde un punto de vista político lo sea, pero desde una perspectiva económica real no parece serlo”.
