Por: Carlos Echavarría
¿Cómo construir un muro, sin muro? O mejor aún ¿cómo seducir a los mejores inmigrantes?
Los Estados Unidos de América, son una nación forjada por los miles de migrantes del viejo continente, que huyeron de las hambrunas europeas o que eran emprendedores quebrados en busca de una prosperidad que sus naciones no les podían brindar.
Fueron hombres como Andrew Carnegie, inmigrante escocés que llegó con 5 dólares al puerto de New York y que luego se convirtió en el hombre más rico del mundo a principio del siglo XX; el cual con su empresa American Steel, permitió las ciudades modernas y sus rascacielos; o Cornelius Vanderbilt, descendente de ingleses, el cual construyó las arterias de la unión, mediante sus líneas ferroviarias; o Thomas Alva Edison, descendiente de holandeses, quien iluminó las noches y dio vida a las ciudades; incluso sin la inmigración, Donald John Trump, no hubiera podido ser presidente de los Estados Unidos, debido a que su padre, Friedrich Drumpf, fue un inmigrante proveniente del Reino de Baviera. Todos ellos encontraron el terreno fértil para crear riqueza, y a su vez, convertir a los Estados Unidos de América, como la nación más poderosa del mundo en el siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI.
Pero la situación para esos pioneros fue muy diferentes a las condiciones actuales. Todo se debe al “Estado de Bienestar”. Los inmigrantes sabían, que solo contaban con sus mentes, manos y ganas de trabajar; no necesitaban nada más para salir adelante. No tenía un sistema de seguridad que les diera cobertura en salud y educación a sus hijos; no tenían un sistema de protección social que les daba un pago por estar desempleados; no tenían un sistema de bonos alimenticios para cuando las alacenas estaban vacías; no tenían una dirección de protección laboral, que impedía ser despedidos cuando eran incapaces; no tenían un Estado que “protegiera” sus derechos. Así que lo único que podía hacer, era dar lo mejor de sí, para salir adelante con sus crecientes familias.
Esa fuerza de voluntad, en conjunto con un Estado que solo procuraba brindar Seguridad y Justicia, permitió un crecimiento y desarrollo nunca antes visto en el nuevo mundo, pero, con la prosperidad, llegaron los Derechos y se instauró el “Estado de Bienestar” y los migrantes de ahora, solo buscan llegar a los Estados Unidos, no para poder trabajar, sino para que el Estado les dé, lo que creen que tienen derecho, solo por el hecho de existir.
Los contribuyentes americanos, saben qué con cada nuevo inmigrante, deben destinar una mayor parte de sus ingresos para subsidiar los Derechos de esos nuevos integrantes de su “Estado de Mal Estar” y es precisamente por ello, que las restricciones para los inmigrantes legales, son cada vez mayores y la xenofobia, cada día es más fuerte dentro de los países desarrollados al momento abrir las fronteras para recibir inmigrantes de países pobres.
Por lo tanto, mientras que en Estados Unidos exista un Estado de Bienestar, que le da a sus ciudadanos una serie de beneficios, solo por ser americanos; desde todos los confines del mundo, personas se verán tentadas para llegar a ese territorio, no para trabajar, no para esforzarse, solo para buscar esos beneficios y debido a eso, no existe muro lo suficientemente alto o resistente que impida ese nuevo sueño americano.
