En un informe anterior, se dio a conocer la primera parta del Esperpento de la 4 Sur, el puente que con un supuesto sentido artístico, dejó al puente en precarias condiciones estéticas y que mas bien hace alegoría a la imposición de la agenda de género en la ciudad.
Si bien la obra está dada en un supuesto homenaje al sector textil en donde los colores se quieren mostrar como que se entrelazan como fibras, esto no es lo que perciben los ciudadanos, y por el contrario, no asumen la intencion artística.
Pero el tema del puente de la 4 sur, va mas allá de la pintura de las torres, y toma, por ejemplo, los espacios que fueron utilizados en los bajos del mismo y que tampoco son consideradados como arte urbano, aseguran varios artistas.
La empresa encargada de la logística, que recibió un contrato por los $1.807.860.784, de pesos que costó la “obra”, ya había hecho una intervención de “arte urbano” que, según los mismos artistas, fue “un desastre”. Esto es lo que hay detrás de los colores que pintan la 4 Sur.
Además, La Agencia para la Gestión del Paisaje, el Patrimonio y las Alianzas Público Privadas de Medellín (APP) es la encargada de pintar la estructura, que tiene 560 metros de longitud.
La obra cuenta con la participación de seis artistas urbanos y un equipo logístico de seis personas más, que se encargan de acompañar y pintar el proyecto de 1.166 metros cuadrados y 2.015 metros lineales en este ícono de ingeniería de la ciudad. Con esta intervención, se suman 7.700 metros cuadrados de “arte urbano” de los 14.400 que establece el Plan de Desarrollo del alcalde Daniel Quintero denominado, Medellín Futuro.
No obstante, el puente se encuentra en precarias condiciones, como lo evidencian las imágenes. El espacio es bastante concurrido por jóvenes que en bicicletas, patines, monopatines, acuden para practicar diferentes tendencias dentro del Skating en la parte de abajo del puente, en donde además, se reúnen artistas callejeros y practicantes de deportes otros deportes extremos.
Entre 2020 y 2021, la Agencia APP ha trabajado en las galerías urbanas a cielo abierto de la calle 10 (El Poblado) y de la calle Barranquilla (en el nororiente), en el intercambio vial Bulerías, en el parque Lleras y en Provenza, y en los puentes de la Avenida 33, la Avenida Guayabal, la calle Colombia y en el barrio Caribe, a la altura de la Secretaría de Movilidad.
La intervención artística del emblemático puente de la 4 Sur en Medellín, está presupuestada en su costo de al menos 250 millones de pesos y los descontentos se han visto en redes donde muchos defienden que el puente tiene otras prioridades.
El esperpento de la 4 sur no tiene contentos a los habitantes vecinos. Allí, dicen, se necesita de intervenciones físicas en seguridad y señalización. Cuentan que son múltiples los accidentes en la zona porque el mismo puente carece de algunas placas en su parte de barandas que ayuden a los transeuntes a caminar tranquilamente.
Encuentran que muchos grafiteros han cogido el puente de su cuenta de manera desordenada generando la sensación de inseguridad, que se suma a la falta de vigilancia en las tardes y noches en donde el miedo se apodera de quienes deben cruzarlo a pie.
De la misma manera la falta de iluminación y cámaras de seguridad, contrastan con los gastos en la nueva estética que tampoco deja contentos a quienes lo deben transitar a diario.
Los habitantes del barrio Guayabal, se quejan también de cómo con la complacencia de las autoridades, el puente viene siendo tomado los miércoles y jueves, como pista de carreras de motos, sin el control de las autoridades. Estas carreras ilegales se presentan en las noches, dicen. “el puente está en el absoluto olvido de la administración”, señala don Carlos Ochoa, vecino del sector que también se queja de la cantidad de carros que se estacionan en la via que conecta el puente con la avenida Guayabal generando atascos y problemas de movilidad en la zona.
Esta es otra de las realidades del Puente de la 4 Sur.
