La trayectoria de Wilmar de Jesús Mejía, para algunos conocido como «Alias El Chulo» se ha convertido en uno de los capítulos más controvertidos dentro de la actual crisis institucional del Departamento Nacional de Inteligencia (DNI). Su nombre, desconocido para la opinión pública hasta hace pocos días, hoy ocupa titulares tras las revelaciones que lo vinculan con presuntos contactos con disidencias de las Farc y por su cuestionada presencia como delegado del presidente Gustavo Petro ante el Consejo Superior de la Universidad de Antioquia (UdeA).
Mejía se graduó como licenciado en Educación Física en 2005 en la UdeA, donde fue activista estudiantil. Su vida política comenzó temprano cuando se integró al círculo político del hoy cuestionado senador conservador, Carlos Andrés Trujillo, así como al del excongresista Julián Bedoya, cuyo título en Derecho fue anulado por irregularidades académicas. Con ambos participó en campañas locales y departamentales, y su cercanía con el llamado “trujillismo” le permitió ingresar como contratista en la Alcaldía de Itagüí, bastión político de ese sector.
Posteriormente, de la mano del trujillismo, Mejía dio un giro hacia el petrismo. Estuvo vinculado a la campaña presidencial de Gustavo Petro en 2022, de la mano de Olmedo López, también ficha del senador Carlos Andrés Trujillo, quien entonces fue un coordinador político en Antioquia por el trujillismo de la campaña de Petro y más tarde se convirtió en director de la UNGRD, y quien hoy enfrenta uno de los mayores escándalos de corrupción del actual gobierno. Con la llegada de Petro al poder, Mejía terminó siendo vinculado al DNI, pese a no tener ninguna experiencia en inteligencia estratégica, seguridad del Estado o contrainteligencia, ni de cumplir con un perfil para asumir el alto cargo que ostenta.
Aun así, Mejía ascendió rápidamente hasta convertirse en una figura con acceso a información clasificada y al “poder ideológico” dentro de la entidad, según señalan fuentes confiables de inteligencia. Su nombramiento como representante presidencial ante el Consejo Superior Universitario de la UdeA, sorprendió a estudiantes, profesores y autoridades locales, quienes consideraron problemática su falta de trayectoria académica y el actual clima de desconfianza institucional. Para muchos, su nombramiento, fue el intento de Petro por apoderarse del control de las universidades públicas del país, y esta percepción, se mantiene en las altas esferas de la política y la administración pública antioqueña.
Las sospechas sobre él por ser un posible infiltrado dentro del DNI que entrega información sensible a las Farc, a raíz de la filtración de archivos sensibles relacionados con alias Calarcá, jefe de una estructura de disidencias, pusieron a Mejía en el centro de la polémica. Él había anunciado su participación en la más reciente sesión del Consejo Superior, pero no asistió. El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, solicitó públicamente su renuncia, mientras que el delegado del Gobierno defendió su permanencia al calificar el caso como un “tema político” que no se debe discutir al interior de la universidad.
El caso Mejía se suma a una línea de cuestionamientos sobre el DNI, que en menos de tres años ha tenido tres directores sin experiencia en inteligencia, entre ellos Carlos Ramón González, quien mantiene cuentas pendientes con la justicia y es prófugo. La crisis salpica al círculo político de Itagüí, asociado también a escándalos recientes como la trama de corrupción en la UNGRD y los episodios judiciales que han rodeado a Julián Bedoya.
Mientras tanto, avanza la presión desde la Asamblea de Antioquia para que el educador físico, quien de repente es la ficha clave de la inteligencia en Colombia, abandone su cargo en la UdeA. Las deficiencias en el DNI y su pésima gestión durante el gobierno de Gustavo Petro, ha hecho que esta entidad no tenga impacto internacional, al punto de no ser tenida en cuenta por las redes de cooperación internacional en materia de inteligencia por no ser confiable.
Por lo pronto, la pregunta de fondo sigue intacta, ¿Cómo logró Mejía llegar a una de las posiciones más sensibles del Estado sin contar con preparación, perfil ni trayectoria en temas de inteligencia y por qué ahora su nombre aparece ligado a uno de los episodios más graves de filtración a la narcoguerrilla de las Farc en disidencia con información sensible de inteligencia en años?









