martes, abril 23, 2024
InicioOpiniónEl circo del suspendido

El circo del suspendido

Por Jaime Restrepo Vásquez

Hay una palabra que resume la estrategia en comunicaciones de Daniel Quintero Calle: artificial. Cada paso que da, cada camisa que se pone, cada gesto que utiliza es postizo y solo transmite la sensación de una mediocre puesta en escena, muy propia de los incapaces populistas latinoamericanos o de los tiranos que han subyugado a Corea del Norte.

El deplorable espectáculo del plantón en la plazoleta de La Alpujarra se debería convertir en una pieza de análisis para quienes estudian comunicación social, por la colección de errores y chambonadas que se cometieron durante la patética y solitaria convocatoria.

El montaje fue artificial, lo mismo que el discurso, los compañeros de «tarima» y los gestos; tanto así que el público no sabía si gritar, aplaudir o callar, mientras Quintero repetía lo que le decían a través de un apuntador. Como era obvio, trataron de llenar la plazoleta con grupúsculos ubicados estratégicamente, para aparentar un acompañamiento masivo al acto de desagravio. Pero las imágenes no favorecieron la puesta en escena y se pudo ver la realidad de la poca asistencia al evento.

Ni hablar de la transmisión de Telemedellín, en la cual llegaron al colmo de entrevistar dos veces, en diferentes puntos, al mismo líder de una comuna de Medellín, lo que significa que no tenían, ni siquiera, el número suficiente de simpatizantes reales ––y que supieran balbucear algunas palabras–– para defender al líder artificial «independiente» que depende de Petro y compañía.

Lo que resulta evidente es que el evento fue planeado meticulosamente, no para llevar un mensaje a la ciudadanía medellinense, sino para impactar al público de otras ciudades del país, haciéndoles creer que en Medellín hay una fuerza abrumadora a favor del pichón de Petro, el suspendido Daniel Quintero Calle. Una falacia que pretenden alimentar para tratar de cuajar el proyecto de presentar al exalcalde como una opción real para las elecciones presidenciales de 2026. 

Los cuentos se los tragarán los incautos fanáticos de la costa, o de Cali, o incluso los de Bogotá, porque la realidad es que Quintero Calle es un sujeto opaco y despreciado, con una narrativa lastimera que utiliza la compasión, frente a la ausencia de inteligencia y capacidad, para alcanzar sus metas políticas.

¿Será que alguien en Medellín desconocía la fábula de Quintero como vendedor ambulante? ¿Será que alguno de los que vivimos aquí no habíamos oído hablar del computador que le regaló la mamá cuando era un adolescente? Esos aspectos de la narrativa no tenían a los medellinenses como destinatarios: estaban dirigidos a la galería exterior, a las primeras líneas de las demás regiones del país, para despertar en ellos la lástima requerida para afianzar sus aspiraciones políticas. La impostura llegó al paroxismo cuando saludó, desde la improvisada tarima, a los asistentes que no estaban en la plazoleta, haciéndole creer a los fanáticos externos que el apoyo era multitudinario.

Resulta muy difícil trabajar a Daniel Quintero Calle como un producto político para comunicar, pues no hay material, ni lenguaje gestual ni elementos discursivos que permitan posicionarlo como el líder que relevará a Gustavo Petro en la dictadura comunista que pretenden instaurar. Quintero es débil también en la comunicación, y cuando quiso demostrar que se quebró emocionalmente, sus gestos no fueron coherentes con lo que decía y, por consiguiente, no le dio paso a la convicción sino a la incertidumbre, a la duda y a la indignación por la burla politiquera que estaba protagonizando.

El espectáculo deplorable de Quintero Calle fue diseñado para enardecer a los petristas foráneos, quienes creen que el patético exalcalde, posicionado artificialmente como alguien importante, es a quien necesitan como sucesor de Petro. 

Finalmente, el paupérrimo discurso de La Alpujarra es una colección de lugares comunes y arengas partidistas que podría convertirse en una nueva pieza para las investigaciones que adelanta la Procuraduría. Como dirían los abuelos: Quintero Calle no da lástima por ser una «caranga resucitada», sino por las poses de líder que solo lo convierten en el payaso de un mal circo.

Conversemos en Twitter: @atrabilioso

ÚLTIMAS NOTICIAS

Abrir chat
💬 Soy INTELLECTA ¿En qué puedo ayudar?
INTELLECTA
Hola 👋 Soy INTELLECTA, el robot virtual de Inteligencia Artificial de IFMNOTICIAS.COM.
¿En qué puedo ayudarte?