miércoles, marzo 27, 2024

El camarada de la camada

Por Bernardo Alejandro Guerra

Dijo por ese entonces, enero de 2020, el alcalde Quintero que había llegado a administrar la ciudad con un grupo de jóvenes talentosos y deseosos de servir en lo público, algunos inclusive traídos de otras regiones, a falta, en su concepto, de profesionales antioqueños que cumplieran con sus altos perfiles y exigencias.

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Pasado el tiempo, hemos visto, entre sorprendidos y angustiados, el desempeño de esa «camada de Quintero» que poco se ha lucido en sus cargos y más bien ha representado para Medellín un salto atrás en muchos aspectos, un retroceso en los hitos que aquí se marcaban por parte de quienes cumplían sus obligaciones con responsabilidad y decoro.

Tan hondo se ha caído en los aspectos éticos y morales de estos funcionarios que algunos hablan con desparpajo, sin reato alguno, de que ya «tanquearon y requintaron» sus cuentas, o sea que no vinieron a servir, sino a enriquecerse por cuenta de los peajes, mordidas y comisiones establecidos en sus respectivas carteras.

Hay quienes afirman que la administración municipal se parceló y se vendieron las secretarías y gerencias como si fueran franquicias.

Una de esas figuras estelares de Quintero, que nos fue presentado con bombos y platillos como la última lumbrera de su equipo político, fue el joven bachiller cartagenero Álex Xavier Flórez Hernández, que ha dado tanto de qué hablar en estos últimos días.

En el concejo municipal, en dos años de asistencia, solo presentó un proyecto de acuerdo, el 1/2020, por medio del cual se creaba el Consejo de Educación Postsecundaria, el cual fue descartado porque no se encontró viable por falta de competencia del Concejo.

Llegó al concejo con siete mil votos y desde ese día y hora su ego creció creyéndose señor y dueño de la ciudad. Se hacía fotografiar en las obras culminadas, haciéndole creer a la gente que habían sido realizadas con su intervención. Paso a vivir en una mansión de 1.700 millones en La Estrella. Parece que no la compró ni la alquiló, sino que se la prestó un contratista del municipio muy mentado en el caso de corrupción que afectó a San Andrés y Providencia y al Quindío. De allí pasó a una lujosa casa en Belén Altavista, en donde pronto se hizo conocido y famoso por sus fiestas ruidosas e interminables.

En el concejo su labor fue muy opaca, pues tampoco realizó ninguna labor de control político a la administración de su mentor Quintero y se hizo notar por el trato vulgar e irrespetuoso a la oposición y a los antioqueños.

En la unidad de apoyo de esta corporación colocó a 33 contratistas, entre 2020 y 2021, el 50 % bachilleres, salario mensual promedio por bachiller de cuatro millones, algunos cercanos a seis, mientras en su propia unidad profesionales recibían tres millones al mes. Ello cuando un abogado especializado de Personería de Medellín devenga 4.200.000.

¿Qué labor realizaron estos bachilleres sobrerremunerados?

¿Cómo está conformada la unidad de trabajo legistalivo del camarada de la camada en el Senado?

Post Scriptum: ¿Quién fue la funcionaria de la Fiscalía a quien el alcalde Quintero le hizo un homenaje y agradecimiento en un acto privado?

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