En la época de la colonia los mineros ancestrales trabajaban con equipos manuales, no utilizaban tecnología, plantas eléctricas y no dañaban el medio ambiente, este oficio fue transmitido de generación en generación, pero de unos años para acá este concepto cambió.
¿De qué minería estamos hablando cuando pasan cosas como lo que ocurrió en el municipio de Zaragoza, que por lo menos mil personas destruyeron la calle Bolívar con picos y palas para encontrar oro ?
Estamos hablando de una minería que no quiere legalizar su oficio y no es responsable con el medio ambiente, simplemente es ilegal, no paga sueldos, raya con la explotación laboral de niños y de quien se atraviese, bien sea por necesidad o porque son obligados.
A este tipo de minería no se le puede llamar ancestral. Este no es un oficio de quienes explotan las normas mínimas de protección, además de reconocer que tampoco se ha hecho esfuerzo por parte del ministerio de Minas para legalizar a los mineros ancestrales con el fin de que no rayen con la ilegalidad.
Sí, que no rayen con la ilegalidad, porque es lo que está pasando en el Bajo Cauca, Nordeste y Norte de Antioquia. Donde, detrás del paro minero que ya hoy completó 15 días acompañado de violencia, está el Clan del Golfo. Esto fue dicho por el mismo Presidente Gustavo Petro y por el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria.
Un paro minero y una situación que hoy tiene secuestrados a los habitantes de estas subregiones antioqueñas, además de estar desesperados por el desabastecimiento de alimentos y lo poco que pueden ir a comprar ahora que el comercio está abierto los precios por las nubes.
¿En estos quince días qué ha hecho la ministra de Minas para solucionar y hacer que se levante el paro?
Irene Vélez es una ministra ausente. Ni siquiera se le ha visto en los debates, la minería que se esta manejando en estas subregiones es tan ancestral como la misma vicepresidente Francia Márquez.
La compleja situación desencadenada por el paro minero y no es un secreto está siendo manejada por el ministerio de Medio Ambiente, Interior y Defensa. Lo peor de todo esto es que ni en medio de la crisis y la violencia que se ha vivido en los últimos quince días se ha planteado la regularización de la minería.
Todo lleva a pensar que quieren ser selectivos, tratando de matizar en las palabras lo ilegal que sonlos actores armados y lo ancestral que ya está demostrado es ilegal. Porque no son más que depredadores y usan el mercurio, contaminan y alteran el cauce de los ríos, deforestan, acaban con el ecosistema y explotan, y eso sin contar que no le pagan regalías al Estado.
¿Acaso no saben que con el dinero de las regalías se mejora la condición de vida de las comunidades? En Colombia, quien viola la ley se llama delincuente y la «minería ancestral» es casi «delincuencial» y eso no lo puede olvidar el Gobierno.
Con todo este panorama que se ha vivido y que tiene a todo un país en emergencia, aparte de la difícil situación desde lo económico y la violencia que vive Colombia, los ancestros se estarían revolcando en la tumba por la manera tan liviana como se está mal utilizando el nombre de «ancestral», un término que está siendo descuartizado para alimentar este tremendo despropósito.
