El periodista Felipe Zuleta Lleras publicó, en las últimas horas, un trino en el que asegura que Gustavo Petro quiere «refundar» la república.
En tono mordaz, Zuleta aseguró que hay que esperar a ver qué pasa en Colombia sin salud, ni petróleo, ni gas y con las Fuerzas Armadas desmanteladas. El trino lo cierra con una advertencia contundente: «pero sigan obnubilados».
Durante mucho tiempo se culpó a Álvaro Uribe de querer «refundar la patria», asegurando que la política de seguridad democrática, unida a la confianza inversionista y a la cohesión social eran los pilares de dicha refundación.
Sin embargo, que el concepto de «refundación» vuelva a estar en la primera página de la actualidad nacional, por cuenta de la avalancha revolucionaria que quiere implantar el gobierno Petro, resulta altamente preocupante, pues no se trata solo de un discurso sesgado de descalificación, sino de una realidad que se comprueba día tras día.
Al parecer, esa «refundación» tiene que ver con el regresismo petrista, en el que se considera que lo mejor para el país es volver a los tiempos de un patológico sistema de salud estatal como era el Instituto de Seguros Sociales, un nido de corrupción que además, prestaba un pésimo servicio para sus privilegiados afiliados, pues la cobertura no alcanzaba al 20 % de la población colombiana.
El ataque aleve contra el actual sistema de salud es una amenaza para la supervivencia de los colombianos, a quienes el gobierno, al parecer, sueña con volverlos a ver haciendo filas desde la media noche, para conseguir una cita con un médico general.
Sin embargo, el deseo de regresar al oscurantismo incluye también el bloqueo a la exploración y explotación de petróleo y gas, generando una dependencia inaceptable de los devaneos del dictador venezolano, quien podría, en cualquier momento, «cerrar la llave» y dejar a Colombia sin combustibles. Así las cosas, la refundación de Petro, en materia energética, significa la entrega de la soberanía a una tiranía como la de Nicolás Maduro.
Además, el desmantelamiento evidente de las Fuerzas Armadas busca dejar a la ciudadanía a merced de los delincuentes, criminales y, sobre todo, de los terroristas que tendrán carta blanca para actuar a sus anchas en todo el territorio nacional, pues al final de cuentas, tendrán impunidad por todas las tropelías cometidas, gracias al absurdo de la «paz total».
Para completar, la reforma tributaria planteada por Petro, asfixia a todos los colombianos y castra las posibilidades de desarrollo, al mandar al exilio a los sectores productivos del país y al obstaculizar el emprendimiento nacional.
Sin embargo, el petrismo aplaude a rabiar la idea de la «refundación», así como le gusta al borrego el flirteo del lobo antes del zarpazo final.
