La Ecociudad fue una de las promesas banderas de Daniel Quintero, el representante a la Cámara, Daniel Carvalho, hace un análisis sobre esta iniciativa y los resultados que han representado para la ciudad por estos tres años.
“La promesa de una Ecociudad era una de las banderas de la alcaldía de Daniel Quintero. Después de tres años de discursos vacíos, promesas incumplidas, reducción presupuestal y pobre ejecución podemos afirmar que la Ecociudad se sembró en tierra mala. Veamos casos y datos.
Jardín Botánico sin trabajo: Como demostramos en Concejo, quitaron al Jardín el mantenimiento de las zonas verdes para dárselo -a través de un contrato arreglado- a una cuestionada empresa privada que no tenía la experiencia.
Las explicaciones fueron insuficientes y los resultados fueron terribles. El alcalde dijo que vendería empanadas para ayudarle al Jardín, pero sólo vendió humo.
La emergencia climática prometida, retrasada y no concertada: nadie entiende de técnicamente dónde salió, no tiene asignados recursos y que no ha pasado de simples anuncios; además se hicieron sin la participación de diferentes sectores.
Medellín cuenta desde tiempo atrás con una Plan de Acción contra el Cambio Climático que -con sus limitaciones- marcó un norte claro de acción y que hoy el Alcalde desconoce. ¿Por qué ignorar un Plan hecho con esfuerzos y recursos?
Pura bulla: Las quejas y el malestar siguen aumentando por el ruido en la ciudad. En el Plan Dllo incluimos un modelo para la gestión integral del ruido, pero hasta ahora los avances son pocos y el malestar aumenta. Del único ruido que se habla es del que genera la corrupción.
La contaminación acústica se hace cada vez más grave y nociva, la ciudadanía se queja, las denuncias aumentas y la autoridad no actúa. Se han hecho debates y comisiones accidentales pero parece que estamos ante oídos sordos.
Las ciclorrutas no avanzan: En campaña prometieron 80km, en el Plan de Desarrollo sólo dejaron 40 km. Tras tres años de gobierno se han construido 11 km de ciclorrutas. Además no se ha avanzado ni un metro en la ciclorruta Norte-Sur. Atrás quedó la pose de sostenibilidad.
EnCicla está varado: Demostramos que el sistema ha tenido más plata y más personas, pero el servicio ha disminuido sustancialmente en calidad y en uso efectivo. ¿Dónde están la plata, las bicicletas y las personas contratadas?
Este desprecio por las ciclorrutas y el sistema público de bicicletas es incoherente de parte del alcalde que “recitaba” de memoria frases sobre la bici.
Una Secretaría de Ambiente histórica: No es posible hacer Ecociudad si la Secretaría que debe liderarla sufre recortes históricos en su presupuesto. En 2020 tuvimos el menor presupuesto de esta Secretaría en los últimos 11 años y poco ha mejorado.
Moravia: un cerro que se desmorona. Durante un largo trabajo de varios años se logró consolidar la protección ambiental de 46.000m2. En esta administración se han perdido 33.000m2 a pesar de todas las alertas que se hicieron.
Es incluso cómico que la propia alcaldía use la imagen de Moravia que dejaron los gobiernos anteriores para promocionar su fallida Ecociudad. La foto, por supuesto, no muestra la actualidad.
El Metro se queda corto… de plata: La columna vertebral de la movilidad sostenible está en crisis porque la alcaldía no cumple con los pagos requeridos. ¿Los más perjudicados? Los habitantes más pobres.
La Ecociudad no rueda, pero los cargos claves no paran de rotar: En menos de 3 años: Van 3 secretarios de Movilidad, 4 gerentes de Movilidad Humana y 3 secretarias de Medio Ambiente. También ha sido constante el cambio de subsecretarios. ¿Aceitando la cadena?
La tierra mala, por supuesto, no es la bella ciudad de Medellín, que mucho tiempo fue referente de desarrollo urbano y hoy sólo es noticia por los escándalos del alcalde. La tierra mala es la ambición particular, la mala administración y la deshonestidad del gobernante.
Esta semana se hizo una rendición de cuentas de la Ecociudad, la ciudadanía ni se enteró. Raro que la alcaldía no desplegó su maquinaria de comunicación.”
