Las políticas de contratación pública adelantadas por el alcalde de Medellín Daniel Quinter, lesionan directamente al tejido empresarial antioqueño cuando no es tenido en cuenta y el grueso de las compras y contratación de la administración, se hace a empresas de otras zonas del país.
desde hace varios meses y cuando el alcalde de Medellín decidió enfrentarse contra el sector empresarial antioqueño tras haber declarado una guerra silenciosa al violar el gobierno corporativo de empresas públicas de Medellín con llevando a la renuncia de la junta directiva Quintero la emprendió en contra de las empresas paisas.
El alcalde enfiló sus baterías inicialmente en contra del grupo Gea y lo acusó de corrupto. Con ello siguió en contra de los constructores de Hidroituango y siguió con sus ataques generalizando y yendo en contra de gremios y todo el sector del empresario antioqueño
Quintero desde entonces ha ignorado que son precisamente las empresas antioqueñas, las que generan empleo y pagan los impuestos que permiten el desarrollo para la ciudad.
Para algunos el ataque al sector empresarial antioqueño se dio para poder justificar el desvío de la contratación y compras de la alcaldía y las instituciones anexas a la administración, hacia empresas bogotanas y de otras partes del país, a modo de pago de favores políticos a sus amigos de Bogotá; quienes lo patrocinaron desde el partido liberal, partido de la U y la Colombia Humana de Petro.
Así pues, las empresas contratadas a lo largo y ancho del país, obedecen a las recomendaciones de sus aliados políticos capitalinos como los Gaviria, Vargas Lleras y Petro entre otros.
El Concejal de Medellín, Alfredo Ramos, denunció en la corporación, cómo el grueso de los contratos de la Alcaldía de Daniel Quintero, están hechos en empresas de otras partes del país, que no pagan impuestos, ni generan empleo en la ciudad, haciendo que ese dinero se vaya de Antioquia con las consecuencias sociales que esto implica.
En Medellín, le entregaron la contratación a dedo a empresas de fuera de nuestra ciudad, para pagar favores de financiación.
A pesar de que desde el principio de la pandemia, una idea que los empresarios han dado es la de comprar a empresas locales#UnConcejoAdelante pic.twitter.com/lqVuPebGr1— Alfredo Ramos Maya (@AlfredoRamosM) November 14, 2020
Lo más triste de estas políticas de contratación emprendidas por el alcalde y su gabinete, es que en Medellín y Antioquía hay suficiente cantidad de empresas capaces de proveer exactamente lo mismo que ha contratado por fuera; es decir, desde la alcaldía se defienden diciendo que es que no había proveedores en la ciudad por lo que contrataron por fuera, algo que no es cierto, como por ejemplo el contrato de remodelación y adecuación física de la clínica Saludcoop de la 80, contratada a bogotanos, cuando en Medellín existen cientos de empresas de construcción y remodelación.
A las denuncias de nepotismo y amiguísimos en los nombramientos de cargos públicos en la administración, se suma lo que que se ha denominado “La Toma Hostil de Medellín” por parte del líder de la corporación primero Antioquia, Julio González Villa; y que es el nombramiento en estos cargos a personas de fuera del departamento, con personas de evidente sesgo político como pago de favores Políticos a sus amigos de Bogotá.
La Toma Hostil de Medellín. El Acalde Quintero nombra a Leydi Yhoana Albarracín; Viene de Bogotá; Subsecretaría Prestación del Sevicio Educativo; Directora Técnica
Salario: $ 10.283.282,00— Julio Enrique González Villa (@juliogonzalezvi) November 13, 2020
El agravio a la ciudad parte de la negación de la existencia del talento local, en una muestra de incoherencia en el mandato del alcalde que pretende administrar la ciudad, sin contar con la gente ni las empresas locales.
La toma hostil de Medellín que hace el Alcalde Quintero: JORGE IVAN PALOMINO; Viene de Bogotá. Subsecretario Despacho de la No violencia; Salario: $ 10.974.125,00.
— Julio Enrique González Villa (@juliogonzalezvi) November 13, 2020
La contratación pública selectiva debilita las empresas locales, afectadas ya por la pandemia. En Medellín se calcula que el 10% de las empresas que existían en 2019, dejaran de operar y no existirán al 31 de diciembre del 2020. Si a esto se suma que no pueden acceder a la contratación pública en igualdad de condiciones, porque el alcalde y la administración privilegian el amiguísimo político de pago de favores con empresas de fiera del territorio pausa; terminará sentenciando el forro de muchas empresas y con ellas sacrificando los empleos de los medellinenses y aumentando los cinturones de pobreza, población que el alcalde, dice defender.
Como si esto fuera poco, se evidencia el ensañamiento del Alcalde de Medellín en contra de los sectores del turismo y el entretenimiento, a quienes en vez de darles una mano de apoyo por ser de los más golpeados por la pandemia; termina avalando medidas restrictivas a su operación y que ponen en riesgo la continuidad de cientos de negocios dedicados a servicios y productos.
Esta actitud, llevó a que cientos de personas realizaran un plantón en contra del alcalde en el parque de las luces, en frente de la sede municipal.