viernes, abril 19, 2024
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¿Democracia imperfecta o perfecta Dictadura?

Por: Carlos Andrés Echavarría Blandón.

Hace 4 años por ésta misma época, escribí mi primer artículo para un medio informativo digital que se tituló “Un domingo cualquiera”, en donde esbocé lo que significó para Venezuela el domingo 6 de diciembre de 1998 cuando fue electo presidente Hugo Rafael Chávez Frías, fecha que quedó grabada en el imaginario de todos los venezolanos gracias a la transformación que vivió el país bolivariano dejando de ser una potencia continental para convertirse en el país más pobre de la región, incluso con niveles de calidad de vida inferiores a los de Haití.

Hace más de 23 años las personas en Venezuela pidieron un cambio, y se les cumplió, pasaron de una democracia imperfecta a una perfecta dictadura, donde se destruyó con todo el aparato productivo del país, donde se comenzó una lucha indiscriminada de clases que expulsaron a los generadores de riqueza y donde un grupo de inadaptados y rencorosos bajo el mando de un comunista, cambiaron la estructura que sostiene al estado de derecho para convertirlo en su imperio unipersonal en donde el nuevo “rey” decide por la vida y el futuro de los casi 30 millones de venezolanos.

Colombia durante las últimas elecciones ha estado en una constante amenaza de que se destruya el Estado de Derecho y convertir al país en una nueva dictadura donde un autócrata socialista llegue al poder mediante el voto popular. El ascenso de Gustavo Petro ha sido significativo desde ese magro 10% de los sufragios en el año 2010, a más de un 40% obtenido en la primera vuelta presidencial en el año en curso, lo que lo convirtió en la primera fuerza política del país, algo que no se veía desde que Álvaro Uribe fue presidente por un movimiento independiente en el año 2002 en primera vuelta con más de un 55% del favor popular.

Ese cambio en la mentalidad de muchos votantes, donde no desean más un Estado fuerte y garante del orden público, sino en anhelar un Estado que les soluciones sus problemas o necesidades, se debe principalmente a que la izquierda ganó en el discurso de la cultura ciudadana. Cuando las personas se sintieron seguras luego de cuatro décadas en donde la violencia era desenfrenada gracias al accionar de los carteles de Medellín y Cali durante los ochentas y noventas y luego con en el narcoterrorismo de las Farc en los noventas y primera década del siglo XXI. Álvaro Uribe Vélez acabó con ese discurso de los políticos de antaño, debido a que bajo su mandato, el Estado estableció el control en todo el territorio nacional, dejando los conflictos violentos solo en la marginalidad y a pequeñas escalas. Allí las personas que no vivieron esa violencia de las bombas, tomas de pueblos y secuestros en las vías, consideraron que vivir en paz era un hecho per se y el discurso que la izquierda les ofreció fue radicalmente diferente al del establecimiento en el imperio de la Ley, lo basaron en los mal llamados Derechos.

Bajo la Constitución de 1991, hoy prácticamente todo es un Derecho y mediante el uso desmedido de la tutela cualquier reclamo se debe garantizar y el sistema judicial se transformó en una dictadura que obliga al poder ejecutivo a actuar sin considerar que con el ello puede afectar los derechos de propiedad de los demás conciudadanos.

Las nuevas generaciones consideran que el Estado les debe cumplir todos sus deseos, no solo sus necesidades, es allí en donde el discurso que potencia al estado del bienestar es bien recibido por los escuchas. El populismo se convirtió en la lógica política y como a las personas no les interesa analizar las formas por las cuales se pueden cumplir los objetivos y sobre todo, si las formas incluyen algún sacrificio, el candidato que más prometa es el mejor recibido.

Los hoy candidatos a la primera magistratura del país son populistas puros, ambos son de izquierda, ambos buscan un estado más paternalista, ambos quieren que las personas reciban sus “Derechos”, ambos quieren que el estado tenga el control total de las vidas de las personas, en donde el individualismo sea desplazado por el colectivismo. Un salto al vacío que destruyó todos los países en donde se implementó en más de 120 años.

Sí existe una gran diferencia entre Rodolfo Hernández y Gustavo Petro es que el primero cree en la democracia y si resulta ser un mal mandatario, el 7 de agosto de 2026 entregará el poder a una nueva persona electa por los colombianos entre mayo y junio de ese año. Pero, con el segundo candidato la situación es completamente diferente, incierta para unos y clara para otros, Colombia dejará de ser una democracia y se convertirá en un nuevo miembro del Socialismo del Siglo XXI y muy posiblemente se comenzará con la aplicación de medidas que permita al presidente quedarse en el poder de manera indefinida, primero bajo el concepto de la reelección para luego comenzar con un entramado jurídico que lo eternice en el poder como sucedió en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.

A los ecuatorianos les tomó 16 años salir del socialismo de Correa; Argentina luego de 12 años, los K perdieron el poder por un solo período, pero nuevamente están dirigiendo el país; Evo llevaba 16 años en el poder cuando se hizo un levantamiento en su contra por corrupción, pero solo 2 años después retornó a conducir el país y se fue lanza en ristre contra todos los que cometieron semejante afrenta de excluirlo, hoy, la expresidente Jeanine Añez fue sentenciada a 10 años de prisión por pretender conservar la democracia en el país andino.

En Colombia se tiene que aprender la lección, los socialistas cuando llegan al poder es para no soltarlo y si fueran buenos mandatarios, hasta se podría soportar ese modelos de pensamiento en el poder, pero, por donde ingresaron la calidad de vida en sus países se deterioró, incluso, a pesar de existir “buenos resultados” al inicio de sus mandatos, debido a que en ese corto período de tiempo, comienzan a utilizar los recursos de la nación como si no tuvieran límite, a Derechos infinitos, ellos responderlos con recursos finitos y cuando el dinero se acaba, comienzan a emplear los tres demonios sobre los cuales cabalga el deterioro del país, más deuda estatal, subida de impuestos y al final emisión insoportada de dinero.

Gustavo Petro ha dicho hasta la saciedad durante su campaña que empleará los tres demonios, plantea reformas tributarias, todas para recaudar más, lo que significa más impuestos; habla de expropiación de los ahorros de los colombianos por considerar que es dinero público las pensiones; habla de solicitar préstamos en organismos multinacionales para financiar sus planes de gobierno y es el único candidato que ha expresado que imprimir pesos no es malo para el país, todo bajo la tutela del economista preferido por los mamertos a nivel mundial, Thomas Piketty.

Los que piensan votar por Petro deben mirar que sus actos tienen consecuencias, deben dejar la prepotencia y orgullo para comprender que su candidato es lo peor que le puede pasar al país. No es una coincidencia que cuando lideraba en las encuestas primarias, los mercados de valores estaban nerviosos y con tendencias negativas, cuando subió Rodolfo y se convirtió en una posibilidad de victoria, los mercados pasaron a positivo y la economía repunto. Eso es una clara muestra de lo que las personas que generan riqueza piensan sobre la posibilidad de que Colombia se convierta en un fortín socialista comunista.

Gustavo Petro está rodeado de lo más bajo de la política colombiana, los senadores más controversiales y más turbios son precisamente sus alfiles. Las “filtraciones” que ocurrieron sobre las directrices de la forma de hacer la campaña, es una muestra clara de lo sucio que es su equipo de asesores. No se le puede dar las riendas del país a unas personas que no presentan las bondades y calidades de su candidato, a quienes no les interesa demostrara las bondades de su plan de gobierno, sino que se basan en la mentira, las falsas acusaciones, el odio y el miedo para destruir a sus rivales ante la opinión pública. “Si no gana mi papá, se incendia el país”, “las periodistas son unas prepagos”, “A Fajardo lo quemamos”, “A fico debemos inventarle que es un paraco”, “los límites de la ética tenemos que moverlos un poco”, ¿a eso le apuntan las personas que quieren votar para que Petro sea el presidente?

El desespero de la campaña de Petro es evidente, buscando apoyos en las cárceles enviando a su hermano y alfiles a prometer amnistía a los mayores delincuentes del país; buscando apoyo en los paramilitares diciendo que son bienvenidos a formar parte del cambio; buscando apoyo en los cocaleros diciendo que les legalizará los cultivos; buscando apoyo de los guerrilleros prometiéndoles tratos preferenciales y visibilidad política; buscando apoyo hasta en los uribistas diciendo que se sumen al cambio y que son bien recibidos.

La cúspide de la desesperación llegó a 4 días de la apertura de las urnas en el país, buscó el equipo jurídico de Petro mediante tutelas obligar a Rodolfo Hernández a asistir a un debate, aunque en primera vuelta el mismo Petro decía que no iría a ningún debate y de hecho faltó a la mayoría de ellos. En ninguna parte de la constitución se establece que se deben realizar debates presidenciales, aun así, no faltó en juez quien pareciera activista político, que obligara a la realización de un debate so pena de desacato, aunque con ello podría estar cometiendo un delito de prevaricato. Lo que no contaba la campaña de Petro, es que les salió un tigre como contrincante y le puso condiciones claras sobre los temas que se desarrollarían en el mismo, dijo claramente que conversaran sobre los petrovideos, sobre las bolsas de dinero, sobre las conductas éticas de sus alfiles, etc., con eso fue suficiente para que Gustavo se arrugara y dejara su pretensión.

Gustavo Petro tiene todas las características de un mitómano, sin el más mínimo reparo dice que son falsas las acusaciones sobre él aún, cuando se le presentan videos y trinos sobre temas particulares. Sergio Fajardo le demostró en un debate que Petro había dicho cosas que ya dice que nunca dijo, Angela Janiot lo confrontó en una entrevista con sus mismos argumentos y se descompuso y no era capaz de ver directamente a la cámara, como si ella fuera un incriminador y que sus ojos demostrarían que es un charlatán.

El domingo 19 de junio de 2022, deberá pasar a la historia como un “domingo cualquiera”, no podemos ser apáticos con lo que se juega el país, no podemos permitir que unos pocos destruyan el futuro de una sociedad, no podemos permitir que el voto en blanco sea una forma de tomar partido, no podemos permitir que el 19 de junio pase a la historia como el día en que los colombianos perdieron todo.

Todos a votar en contra de la doctrina más asesina de la historia que mató a 150 millones de personas en poco más de un siglo; en contra de un sistema que solo llevó hambre a sus súbditos; en contra de unas personas que solo destilan odio a su paso y que buscan una revancha en contra de los exitosos y generadores de riqueza; en contra de unas personas que las mueve la envidia para con quienes quieren salir adelante por sus propios medios; en contra del colectivismo que iguala por lo más bajo; en contra del modelo que es radicalmente opuestos a los derechos de la vida, libertad y propiedad; en contra de lo más bajo de la política todo encarnado en Gustavo Petro.

Espero que mañana a las 4 de la tarde se haya demostrado al mundo que Colombia no se dejó engañar ante las ofertas de “vivir sabroso” y que la única forma de progresar es mediante el ahorro, trabajo duro y capitalismo.

Rodolfo presidente, sería el mejor regalo del día del padre.

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