A través de una carta, cuatro congresistas del partido Comunes, radicaron un proyecto de ley que busca el reconocimiento y reglamentación de “las Guardias Campesinas, como mecanismo comunitario de protección permanente a la vida, el ambiente, el territorio, y la identidad campesina…”, es decir que en plata blanca lo que se busca es la creación de grupos paramilitares amparados en una figura de protección campesina.
Esta creación de estos “grupos de defensa” tendría que estar entrenados y armados para una efectiva defensa de los territorios y de los campesinos desplazando a la fuerza pública que hace presencia en esos lugares y que recibe entrenamiento para prestar el servicio a la comunidad, como corresponde, lo que daría origen a grupos paramilitares, pero financiados y respaldados por el estado.
Uno de los detalles que prenden las alarmas de esta iniciativa es el anuncio que desde la campaña ha realizado Gustavo Petro sobre el deseo de desmontar y disminuir la Fuerza Pública en Colombia, lo que implicaría el nacimiento de grupos como los colectivos venezolanos o los paramilitares colombianos, hecho que le han endilgado a Álvaro Uribe Vélez por años para desacreditarlo pero que están promoviendo ahora quienes hicieron parte de los líderes de las FARC, pero que ahora como es su iniciativa es bueno porque ellos lo proponen pero malo si es una idea de quien enarbola una bandera de una orilla ideológica diferente.
Esta es solo la demostración de como los denominados progresistas, que no son mas que comunistas, han acomodado el lenguaje para sus intereses, distorsionando el verdadero uso de los conceptos, auspiciados por los informes entregados por entidades como la Comisión de la Verdad donde se han reescrito los conceptos de la guerra en Colombia, culpando al estado de las acciones iniciadas por los grupos al margen de la ley en contra de la población civil e incluso de la Fuerza Pública.
