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miércoles, abril 24, 2024

Crisis en los cielos

Por: Carlos Andrés Echavarría Blandón

En poco menos de dos semanas dos aerolíneas de bajo costo VivaAir y UltraAir, dejaron de operar en Colombia y con ello se vino una completa catástrofe en todos los destinos turísticos del país, quienes esperaban con ansias la Semana Santa para recuperarse en parte de las pérdidas que desde la pandemia del 2020 no se han terminado de sanar.

Toda empresa que quiera trabajar bajo la modalidad de bajo costo sabe que el éxito del negocio radica en el volumen de ventas y en la estabilidad de los gastos; de esa forma pueden transferir todos los ahorros al precio final que pagan los clientes y su utilidad viene de la alta rotación de capital.

A manera de ejemplo ilustrativo, una empresa tiene un capital de 100 y los propietarios quieren ganar un 10%, pueden ofrecer un bien o un servicio por 110, allí tendrían su 10% de utilidad, pero ese bien se demora en venderse 2 meses. Otra empresa en la modalidad de bajo costo lo oferta en 102, allí su utilidad no es del 10% sino que es solo del 2%, pero se demora una semana en venderlo; así que al cabo de 8 semanas que son 2 meses, han vendido 8 productos a 102, lo que les deja una utilidad neta de 16% muy superior al 10% que se desea en un modelo de ventas tradicional.

El problema en ese modelo de bajo costo es que para tener utilidad los costes tienen que ser muy estáticos y cualquier cambio destruye su estructura. Eso fue lo que ocurrió con ambas aerolíneas, VivaAir y UltraAir, unos cambios que no podían controlar los llevaron a trabajar a pérdida.

El presidente de Avianca en entrevista brindada al diario la República argumentó que de cada 100 pesos que se paga por un tiquete aéreo, entre 50 y 80 pesos correspondían al pago de impuestos. En el país se pagan cuatro grandes rubros impositivos a los tiquetes, los cuales son:

IVA del 19% (A partir del 1 de enero de 2023, pasó del 5% a 19%)

Impuesto al consumo (4% vuelos nacionales, 8% vuelos internacionales)

Tasa Aeroportuaria (Depende de cada terminal aérea de origen y destino)

Seguridad Aeroportuaria (Depende de cada terminal aérea de origen y destino)

Allí está el primer escollo para las aerolíneas y es que los IMPUESTOS hacen que su masa de viajeros no sea la máxima posible porque los tiquetes pueden costar hasta 4 veces más que el valor que la aerolínea ofrece a sus potenciales usuarios.

VivaAir y UltraAir al estar en un esquema de bajo costo, tenían que ser muy cuidadosas en controlar los costos inesperados; por ejemplo: los mantenimientos. Es por ello, que las aerolíneas tienen que mantener su flota de aviones muy nueva, pero, al no tener la caja suficiente para comprar de contado, adquieren créditos con entidades financieras para comprar a los fabricantes AirBus o Boing. Eso las hace muy vulnerables a la fluctuación del dólar, ya que venden los tiquetes en pesos, pero tienen sus deudas en dólares.

Otro gran costo que tienen las aerolíneas es el combustible, JetFuel, el cual también se paga en dólares. En Colombia se tiene un impuesto ambiental que aplica a las aerolíneas por la huella de carbono que emiten y que no tienen como recompensar, así que ese combustible se paga con un sobreprecio.

También es importante la carga salarial, la cual, en Colombia por mandato presidencial subió a partir del 1 de enero, con el incremento del salario mínimo en un 16%. Puede el lector decir que ese incremento no aplica para una empresa de aviación porque el salario de los pilotos es muy elevado; la realidad es que esas empresas necesitan de una gran cantidad de colaboradores para mantener su operación, desde las agencias de viajes, pasando por el personal de mantenimiento y el personal en los aeropuertos, muchas personas recibieron ese incremento. Además, con una inflación que cerró el año casi en un 13%, muchas empresas aplicaron un incremento en los salarios de todo su personal sin importar el nivel de ingresos en una forma de contraprestación para que su poder adquisitivo no se viera muy afectado por la inflación galopante que transita en Colombia.

Ya se puede ir observando como una mezcla de factores puede destruir muy rápidamente una empresa que opera bajo la modalidad de bajo costo y el “golpe de gracia” lo tuvo en la diferencia temporal entre los ingresos y los costos, un tema que nadie ha expuesto.

Las aerolíneas siempre venden los tiquetes de manera muy anticipada. Es normal comprar un tiquete aéreo con un año de diferencia entre la fecha de pago y la fecha en la cual se realiza el vuelo. Incluso, las aerolíneas premian esa previsión otorgando grandes descuentos a las personas que compran sus tiquetes con anticipación. Esa diferencia en el tiempo fue la que liquidó a VivaAir y muy posiblemente a UltraAir, debido a que vendieron tiquetes previos a la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia con un dólar de $3.700 y ahora que se tienen que hacer efectivos los vuelos el dólar ronda los $4.700, un incremento demasiado alto que el margen de utilidad no podía cubrir.

También vendieron tiquetes con precios de combustibles bajos, previos a la guerra de Ucrania, lo que ocasionó que se le duplicaran los costos del JetFuel y en Colombia se le suma también el impuesto que se liquida al precio que la aerolínea paga por el combustible, así que es un doble golpe.

Y, para finalizar, los tiquetes los vendieron previos al incremento del salario mínimo y cuando la inflación del país estaba en un 10.8% (antes de la elección de Gustavo Petro), o sea, no se podía tener en cuenta el factor macroeconómico de un aumento en el 16% del salario mínimo y de un 13.4% de la inflación a la fecha de este artículo.

No fue posible que las utilidades de las empresas pudieran cubrir los sobrecostes producidos por la temporalidad analizada, eso fue lo que ocasionó la quiebra de las dos aerolíneas mencionadas y que muy posiblemente tenga a otras en los mismos problemas financieros, debido a que están presentando perdidas en los ingresos operativos, lo que sígnica que cada vez que salen a volar tienen perdidas.

El exceso de impuestos en el país limita el acceso a volar; el exceso de regulación hace que muchas aerolíneas no deseen ingresar al mercado colombiano dejando un monopolio que se observa claramente a qué empresa siempre se favorece.

Para las personas que piden una mayor regulación de la industria aérea les tengo una muy mala noticia, es precisamente el exceso de regulación la que creo un monopolio y que impide que las empresas en libre mercado ingresen al mercado nacional favoreciendo una sana competencia en la cual saldrá victoriosa la que ofrezca unos mejores productos a unos mejores precios, máxima del capitalismo para ser exitoso.

Se deben comenzar a aplicar las medidas a la mayor brevedad posible, de lo contrario, el pilar del turismo del que tanto habla el presidente Petro, irremediablemente fracasará y miles de familias que viven de todo el sector pasaran un duro viacrucis.

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