El Claustro Comfama San Ignacio avanza en su proceso de restauración con la entrega de la segunda etapa, que incorpora áreas culturales, educativas y formativas, además de nuevos hallazgos arqueológicos relacionados con la historia urbana de Medellín. El edificio, con 222 años de antigüedad y 12.000 metros cuadrados, forma parte de un proyecto cuya inversión en esta fase fue de $19.000 millones y que, según Comfama, sumará $93.000 millones en 2027, recursos autorizados por su Consejo Directivo.
Desde el inicio de las obras, el Claustro ha revelado elementos históricos de relevancia. En la primera etapa se descubrieron un mural oculto tras siete capas de pintura, ventanas arqueológicas y calas estratigráficas que evidencian transformaciones arquitectónicas del edificio. En la segunda fase, el equipo de arquitectura halló vestigios del que habría sido el primer acueducto de Medellín, encontrados en la excavación del patio cercano a la entrada de la calle Pichincha. Las estructuras originales se conservaron e integran hoy un recorrido que permite a los visitantes observar piezas patrimoniales del siglo XIX como parte del espacio.
Durante la entrega, Comfama presentó los nuevos componentes de esta fase: una biblioteca general e infantil con más de 31.000 títulos; una mediateca con 7.000 contenidos audiovisuales; laboratorios y cocinas con tecnología para prácticas culinarias; y talleres especializados en oficios como carpintería, joyería, ebanistería y artes gráficas. Estos espacios se suman al Patio Teatro, salas de edición, áreas museográficas, cafeterías, terrazas y salones entregados en 2021.
En diálogo con IFMNOTICIAS, el director de Comfama, David Escobar, afirmó que la renovación del Claustro representa un mensaje de confianza institucional. Señaló que se trata de “un símbolo de cómo los colombianos podemos trabajar juntos, a partir de la confianza y no de la desconfianza”, recordando que la Caja fue fundada por “sindicalistas y empresarios trabajando de la mano con gobernantes” en un contexto complejo del país. Agregó que “en Colombia hay gente que se preocupa por el largo plazo, por la educación y la cultura, por el centro de esta ciudad”.
Escobar destacó que la magnitud del proyecto confirma la capacidad regional para ejecutar iniciativas de largo plazo: “Aquí hay instituciones en esta región que son capaces de priorizar lo que es más importante, invertir en eso y sacar proyectos de largo plazo adelante”. Mencionó como ejemplo procesos como la recuperación del río Medellín, que se han extendido por décadas y que, aun sin ser noticia cotidiana, reflejan continuidad institucional.
Desde la apertura de la primera etapa, 2,1 millones de personas han participado en actividades del Claustro, entre programación cultural de cine, teatro, danza, tertulias y conciertos. Asimismo, 86.000 personas han tomado cursos formativos que incluyen gastronomía, baile, artes gráficas y prácticas deportivas. Una de ellas es María del Carmen Holguín, licenciada en Educación y Artes Plásticas, quien afirmó que su relación con el Claustro inició en 1975 y que hoy continúa participando en talleres de lectura, escritura y actividades culturales.
El hallazgo arqueológico de esta etapa transformó el diseño inicial del patio central, que pasó de ser un área verde proyectada a convertirse en una sala expositiva a cielo abierto de 170 metros cuadrados. En ella se conservan piezas como fundaciones, tabletas de barro, elementos en piedra limonita y acequias del siglo XIX. El proceso se desarrolló entre abril de 2023 y septiembre de 2024 y fue reconocido por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) por el manejo técnico de los hallazgos.
Las próximas fases, con entrega prevista para 2027, incluyen una hemeroteca, una intervención en el torreón para ampliar circulación, nuevos espacios expositivos, un taller de ideas para proyectos culturales, una huerta urbana y una agencia de viajes renovada.
