sábado, marzo 23, 2024
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Comandante de la Policía Metropolitana y director de la Sijín pagan por las mentiras de Daniel Quintero. Ciudadanos rechazan que sean retirados de sus cargos

La película dada a conocer por el alcalde de Medellín, Daniel Quintero en la mañana de este viernes 9 de julio, sobre la captura de Manolo, terminó siendo una mentira mas y mal contada, llena de ficción y que nadie se explica dentro de las filas de la policía, de dónde salió.

La mentira se desveló cuando el abogado de Ismael Darío Lopera reveló el video de la entrega voluntaria, dejando por el piso la versión de los 150 hombres, el bloque especial de infancia y adolescencia, la tecnología, las triangulaciones celulares, y todo aquello que el alcalde se inventó, o mejor compuso en su narrativa, porque algo de lo dicho, sí lo había hecho la policía, pero nunca fue captura.

Lo primero es entender como funciona la policía en su división. La policía de Santa Rosa de Osos, depende del Comando de Policía Antioquia no del comando de la Policía Metropolitana. La división administrativa, lleva a que la desde Santa Rosa de Osos, se de cuenta a comando Antioquia.

Las novedades entre estaciones y comandos se da a través de comunicaciones clasificadas y oficiales que se llaman “Radiogramas”, en ellas se da a conocer los procedimientos con lujo de detalles.

Desde la Estación de Policía Santa Rosa de Osos, se comunicó ciertamente en el radiograma que el ciudadano Ismael Darío Lopera con su número de identidad y con el nombre de su representante y sus documentos, se había entregado voluntariamente.

El procedimiento fue el correcto a tal punto, que fue validado por la fiscalía y en la tarde de este viernes, se realizó correctamente ante un Juez de Garantías en Medellín, la audiencia de legalización de la detención que hizo efectiva la Orden de Captura. Si el procedimiento realizado por la policía no hubiera contado con las garantías y hubiese tenido alguna anormalidad, omisión o mentira, no se habría reconocido la legalización y el procedimiento como correcto y Manolo, estaría libre.

Así pues, siempre en los radiogramas la Policía reportó la entrega. Ahora bien, desde el Comando de la Policía Antioquia se envía el reporte al Comando de Policía Metropolitana, por la competencia de los hechos y por ser quienes coordinaban la búsqueda del sospechoso. Es así como desde la Policía dan parte a la Alcaldía de Medellín. Por la importancia del tema, estas comunicaciones las hace directamente el comandante de la Policía Metropolitana, en este caso Brigadier General Ferney Ruiz al alcalde Daniel Quintero.

Es natural que el alcalde solicite información adicional para enterarse del cómo se desarrollaron los hechos, información que le es pedida a quien coordinaba la búsqueda y esto era la Sijín y el encargado su director el Coronel Jair Morales.

En la información aportada, le contaron al alcalde lo que venían haciendo los 150 hombres destinados para la búsqueda, le hablaron que durante esta semana y desde que se dio la orden de captura, estaban buscando en casas de familiares, amigos como los probables lugares a donde podría acudir para esconderse, que estaban verificando los carros en los que se movilizaban, que estaban triangulando con la tecnología los celulares para ver si daban pistas, que verificaban las grabaciones de cámaras de vigilancia de los peajes de las carreteras y que tenían pistas sobre algunos municipios por donde se podría movilizar.

Es mas, le contaron en el informe de actividades de lo que se había hecho a modo de recuento y entre ello que habían interceptado sus cuentas para tratar de ver si con el movimiento de las mismas podrían tratar de localizarlo. Eso fue un informe completo que demostraba solamente los esfuerzos que estaban haciendo desde la institución para dar con el paradero del hombre más buscado del momento; mas no se dijo nada mas, pues anexo al informe estaba el radiograma con la información de la “entrega voluntaria”.

Extrañamente, el alcalde utilizó toda esa información para montar la narrativa que conocimos en la mañana de viernes, en donde convirtió el informe de inteligencia en una película digna de Hollywood en la que habló inclusive de que se había constituido un grupo élite de infancia y adolescencia, cuando esta unidad es tradicional en las filas policiales, al igual que está la policía de turismo o la de aduanas.

Para nadie es un secreto que al interior de la policía ya había molestia con la manera como Daniel Quintero ha hecho uso de la información de inteligencia a la que ha tenido acceso, inclusive IFMNOTICIAS.COM el pasado 28 de mayo, daba cuenta de la incomodidad por parte de miembros de inteligencia con el uso inadecuado de información clasificada proveniente de inteligencia.

Es importante anotar, la dificultad e incomodidad que un Comandante de Policía debe tener en una ciudad como Medellín o como Bogotá, pues orgánicamente, el jefe directo del comandante es el Director General de la Policía de quien depende en ordenes y operaciones; pero desde el punto administrtivo las relaciones son más “políticas” cuando a los alcalde se les da la posición de ser los Jefes de Policía del municipio.

Esto es interesante que sea claro, porque el Comandante de la Policía maneja su hombres en la jurisdicción que le corresponde, mientras que el alcalde ordena en su municipio. Muchas veces, como viene ocurriendo en Medellín, la labor misional de la policía se ha visto suprimida por las ordenes del alcalde, quien les impide actuar como constitucional deben hacerlo.

Esta difícil relación se matizó durante las protestas y el PMU o Puesto de Mando Unificado. Como si fuera poco, políticamente el alcalde tiene un Secretario de Seguridad y Convivencia, en el que está nombrado un excomandante de la Policía Metropolitana de Medellín, el brigadier general en retiro, José Gerardo Acevedo.

Se supone que esto haría mas fácil las relaciones, pero curiosamente la han complicado, pues dos brigadier generales buscan la manera de orientar las acciones ante un caprichoso alcalde que cambia de opinión constantemente, que utiliza la información de inteligencia de manera incorrecta, que “genera incendios” que ambos deben, desde sus orillas, tratar de apagar.

Es así, como todo estaba dado para ser una bomba de tiempo que este viernes estalló. Con la metida de pata por las fantasías del alcalde, el respeto institucional que el Comandante de la Policía Metropolitana BG Ferney Ruiz le tiene al alcalde, le permitió seguir con su versión. No le queda bien a un comandante de la policía, contradecir la versión de su jefe, total, los comandantes de policía saben que su ámbito es operativo y el del alcalde es un ámbito político en el que Quintero sabe hacer parecer lo que le es a su conveniencia, no porque sea de una manera real, sino porque puede acomodarlo dentro de una narrativa que busca le convenga.

Así lo ha hecho Quintero, cuando se atribuye los éxitos de los operativos policiales como suyos, como propios, como una acción de la alcaldía y su gobierno y no como un éxito operativo de hombres que arriesgan sus vidas para liberar a un secuestrado, detener a un asesino, o desmantelar una banda de delincuentes. No. Para el alcalde esos son operativos suyos, y éxitos propios no de la policía. Y así se dejan leer los comunicados de prensa y sus comparecencias ante los medios de comunicación.

Esta vez no fue la excepción. Fue entonces cuando le comunican que a una estación de policía dependiente de la Policía Antioquia se había entregado Ismael Darío Lopera o Manolo. El alcalde no permitió que se mostrara como una entrega y dijo que “lo hemos capturado en Santa Rosa de Osos”, cuando ese municipio no es su jurisdicción. Si en realidad se hubiese dado la captura lo lógico es que fuera el alcalde de Santa Rosa quien saliera a decir “lo capturamos”. Pero NO.

El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, hizo todo lo posible por llevarse la gloria y armó no solo el escenario, sino que elaboró un fantástico guión para la película que salió a contar a los medios de comunicación en inmensa creatividad narrativa que lo ha llevado a que los medellinenses ya tengan asumido que el alcalde de su ciudad, es un mentiroso compulsivo que una y otra vez, queda en evidencia y constantemente es desmentido.

Por eso no hubo tampoco mucha sorpresa con la nueva mentira. Lo que sí genera sorpresa es que dos excelentes oficiales de policía, paguen los platos rotos por las mentiras del alcalde Quintero.

Y es que con lo que el alcalde Daniel Quintero no contaba, era con que el abogado de Manolo, fuera a revelar la verdad y desmintiera, tan pronto, su fantástica historia de la captura. Fue así como a solo minutos de que IFMNOTICIAS.COM diera a conocer el video y la conversación del abogado con sus pantallazos, citara a una reunión urgente de las autoridades de policía.

En primera instancia, el BG Ferney Ruiz, le llevó en bandeja de plata la cabeza del efectivo coronel Jair Morales, hombre experimentado con gran manejo de la inteligencia y protagonista silencioso de grandes operativos exitosos en medio de una ciudad que pone a prueba la inteligencia y destreza de la policía. Lo triste es que esos múltiples triunfos contra la delincuencia, públicamente se los atribuyó Quintero y pocas veces los medellinenses escucharon decir que todo fue gracias a Morales y sus hombres.

Es así, como el general Ruiz llega a la reunión en la Alpujarra en donde el alcalde visiblemente molesto, culpó sin misericordia a la Policía. De nada valió explicación alguna, la versión nueva y tras el video entregado por Ruiz separando del cargo a Morales, le daba un nuevo argumento a Quintero, para recomponer su narrativa y tratar de limpiar su nombre a costa de ensuciar la del cuerpo policial.

Nuevamente el prudente e inteligente Brigadier General Ruiz, asumió ante su jefe y con gallardía una culpa que si bien no era suya, sí lo hace responsable. Así es el tema de las responsabilidades en la policía, en las que se acepta con moral y entereza.

Lo que nadie se esperaba es que una vez terminada la reunión, llegara desde la Dirección Nacional de la Policía, un comunicado en el que también separan del cargo al digno Comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, BG Ferney Ruiz.

El comunicado dice que lo separa y lo envía a “vacaciones”, y en su remplazo queda su inmediato superior, el Brigadier General Gustavo Franco Gómez, quien sabe muy bien que esta decisión es un error.

Lo que el Director General de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas Valencia, debe saber, es que está separando del cargo a un excelente comandante que se ha ganado el cariño de los medellinenses. El General Ruiz, es quien en medio de las dificultades interpuestas por el propio alcalde, ha sabido mantener el orden en la ciudad, evitar que ser llegue a los extremos de Cali. Ruiz ha sido quien ha respetado a la ciudadanía, ha sabido conversar y al tiempo actuar con contundencia, (cuando el alcalde lo deja) en medio de las acciones del Paro Nacional y la primera línea.

Observadores de lo que está ocurriendo, presumen que tras la finalización de la reunión en el piso 12 de la alcaldía, fue el propio Quintero a quien no le bastó la cabeza en bandeja de plata del director de la SIJÍN, sino que pidió en bandeja de oro la del Comandante de la MEVAL. Algo inaudito.

En las redes sociales y grupos de chat, y mientras se daba el partido de Colombia contra Perú, muchos medellinenses prefirieron sumarse en solidaridad con el General Ruiz y comenzaron una campaña para hacer saber al Director de la Policía, que no es Ruiz ni Morales quienes tienen porqué pagar por los errores y metidas de pata del Alcalde. Que quien realmente debe salir es Quintero y no dos grandes hombres que sostienen la ciudad y la moral de los uniformados.

Hacer que se vayan es entregarle a Quintero un poder que no tiene. El de hacerse creer que es el primer policía de la ciudad. Los chats y redes están llenos de mensajes como estos:

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