En la madrugada del martes 4 de febrero, arribó a la base militar de Catam, en Bogotá, el cuarto vuelo procedente de Estados Unidos con 110 colombianos deportados por orden del gobierno de Donald Trump. El vuelo despegó desde Alejandría, Luisiana.
Sin más pertenencias que un costal con un par de prendas, los deportados denunciaron tratos inhumanos y xenofobia por parte de las autoridades migratorias estadounidenses.
Uno de los pasajeros, quien llegó al país alrededor de la 1:30 a.m., describió las precarias condiciones en las que permanecen desde el momento en que son detenidos hasta su deportación.
“El trato con los migrantes es de lo peor. Nos quitan la dignidad, nos esposan, nos llevan en buses con la calefacción a temperaturas muy altas. No nos tratan como seres humanos. Siempre hay discriminación, solo por el hecho de ser latinos. Estuve 45 días detenido y nos pasaban de un centro de detención a otro, esposados de manos, pies y cintura, muchas veces el trato era muy denigrante”, denunció uno de los deportados.
El hombre explicó que, por desgracia, perdió sus documentos mientras realizaba trámites migratorios y terminó siendo capturado en una de las redadas ordenadas por el gobierno estadounidense.
Varios de los deportados señalaron que muchos migrantes buscan ingresar legalmente a Estados Unidos a través del proceso de solicitud de asilo, por lo que deciden entregarse voluntariamente a las autoridades para iniciar el trámite.
Sin embargo, la cantidad de solicitudes rechazadas ha aumentado significativamente, lo que ha llevado a que muchos migrantes que ya tenían una vida estable y un empleo sean deportados y tratados como criminales.
Se espera que en las próximas horas lleguen nuevos vuelos con deportados desde Estados Unidos, sumándose a los más de 500 colombianos que han arribado al país desde la semana pasada.
¿Repatriaciones masivas en cruceros?
Ante la repatriación masiva que se prevé en las próximas semanas, Petro aseguró que se tomarán medidas necesarias para facilitar el regreso de los colombianos y garantizar su retorno en condiciones dignas.
El mandatario incluso planteó la posibilidad de utilizar cruceros o barcos para agilizar el proceso: “Y si aumentan los colombianos y colombianas deportados de Estados Unidos, porque es previsible, entonces mandaremos cruceros o barcos. Un crucero, dependiendo de su tamaño, puede llevar mil, dos mil, cuatro mil, y hasta seis mil personas. Así resolvemos el problema mucho más fácilmente”, declaró Petro.
Mientras se estudian estas alternativas logísticas, no ha habido un pronunciamiento del presidente ni de su equipo de gobierno sobre las denuncias de tratos inhumanos y xenofobia hechas por los deportados.
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