En Colombia hay zonas que comienzan a mostrar la «invasión» china en el país, por cuenta de la cantidad de obras que le han sido adjudicadas al gigante asiático y que son de todo orden, desde vías, minería, hasta la construcción del Metro de Bogotá y probablemente la segunda fase de la construcción de Hidroituango quedará en manos de los orientales.
Ha llegado a tal nivel la presencia de los chinos en el territorio, que en Antioquia ya hay señalización tanto en español como en mandarín, como se evidencia en esta serie de fotografías.
Se habla de que cerca de mil cien chinos habitan en el departamento, desempeñando las labores para las cuales ingresan, contratados a través de empresas cuya casa matriz se ubica en el gigante asiático y que prefiere traer mano de obra desde esas orillas del mundo, que se encuentran capacitados y que al ser el mandarín su idioma natal no tienen dificultades de comunicación con superiores y supervisores de las compañías.
La simbiosis muestra una fusión extraña de culturas que tiene tantos detractores como quienes aceptan su exótica presencia. Para algunos su presencia es peligrosa, una invasión que concuerda con la ideología comunista y para otros la posibilidad de una apertura cultural y económica. Detrás, sin duda, hay temor a la ideologización comunista, a la pérdida de empleos locales y la invasión china, pues en vez de contratar personal local, son muy dados a traer personal de China que finalmente termina estableciéndose en el lugar.
En redes sociales y grupos de chat, son cada vez más las conversaciones y publicaciones expresando la preocupación. Se recuerda que el mismo efecto de Antioquia se está viendo en Bogotá en sus proporciones, con la construcción del Metro, que se da en una ciudad altamente poblada donde los chinos se funden en medio de los millones de habitantes, mientras que en Antioquia sobresalen claramente en zonas y pueblos en donde los chinos saltan a la vista.
Parte del problema está en la comunicación, diferentes lenguas sin casi traductores. Las señas se convierten en el medio efectivo y las aplicaciones móviles de traductores están al orden del día. La Alimentación y los insumos ya comienzan a tener dos idiomas y dos interpretaciones, sobre todo teniendo en cuenta que los visitantes del gigante asiático vienen con costumbres alimenticias muy disimiles a las que tienen los latinos, que a pesar de las diferencias siempre encuentran puntos de convergencia, lo que no sucede con frecuencia con las provenientes de Asia.
En Antioquia la Gobernación de Gaviria ha fortalecido los vínculos. El campo minero y las vías 4G que emplean maquinaria especializada china ha convertido la presencia de las empresas concesionarias en las protagonistas del efecto llamado de fuerza laboral que las sepa operar desde el país de origen.
Está claro que sucederá lo que siempre ha pasado con la migración china, a donde llegan se quedan. Así que será Antioquia un epicentro migratorio importante. Que con las diferencias culturales y lingüísticas conforman pequeños guetos, como los conocidos en Estados Unidos donde en varias ciudades hay «barrio chino», que son lugares donde se asentaron esos migrantes y han mantenido parte de su cultura y sin lugar a dudas su idioma.
Al hablar de chinos no se puede olvidar las cada vez las crecientes evidencias de EPM con su intención de entregar las obras de Hidroituango a los chinos. Así como el Metro de la 80.
Los efectos de colonias chinas se ven a lo largo de Suramérica, principalmente en Perú, Brasil, Chile y Ecuador en donde los chinos han llegado como fuerza laboral que termina quedándose, pese a que dentro de estas empresas hay programas de intercambio de personal cada 6 meses, esto va prolongándose hasta más no seguir por los altos costos, la complejidad que significa retornar a quienes ya se han adaptado y esperar que nuevos se adapten.
Ante este panorama, los colombianos deberán acostumbrarse a ver cada vez más chinos en ciudades y pueblos, y con el tiempo a comunicarse con ellos de todas las formas posibles que se le puede ocurrir al ser humano, entre otras, entre palabras que para ambas partes se conviertan en puntos comunes.
