Los manifestantes salieron a las calles en varias ciudades brasileñas el sábado para exigir la destitución del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, cuya popularidad ha caído en las últimas semanas en medio de escándalos de corrupción en el contexto de la pandemia.
Esta semana, se supo que el Ministerio de Defensa de Brasil dijo a los líderes del Congreso que las elecciones del próximo año no se llevarían a cabo sin enmendar el sistema de votación electrónica del país para incluir un rastro en papel de cada voto.
Bolsonaro ha sugerido varias veces sin evidencia que el sistema actual es propenso al fraude, acusaciones que el gobierno de Brasil ha negado.
Bolsonaro enfrenta la reelección el próximo año, en una carrera en la que probablemente se enfrente a su némesis política, el ex presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva. Actualmente, las encuestas muestran que Bolsonaro pierde contra Lula.
Las protestas del sábado fueron al menos la segunda vez en este mes que los brasileños salieron a las calles en varias ciudades para oponerse a Bolsonaro.
“Estoy aquí porque es hora de reaccionar ante el gobierno genocida que tenemos, que se ha apoderado de nuestro país”, dijo Marcos Kirst, un manifestante en Sao Paulo.
Más de 500.000 brasileños han muerto de COVID-19 bajo el liderazgo de Bolsonaro, quien ha sido ampliamente criticado por descartar la gravedad de la enfermedad y oponerse a las máscaras y las medidas de distanciamiento social.
Bolsonaro ahora está siendo investigado en el Senado, que está investigando la posibilidad de corrupción relacionada con la compra de una vacuna contra el coronavirus indio.
En la Avenida Paulista de Sao Paulo, el lugar tradicional para las protestas políticas, más de mil personas se estaban reuniendo a las 4 p.m. Sábado.
Bolsonaro estuvo en Brasilia, la capital, el sábado y salió a dar un paseo en motocicleta mientras saludaba a sus seguidores.
