El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo el lunes que le pedirá a su ministro de Salud que fije una fecha para poner fin al uso de máscaras faciales como medio para reducir la transmisión del COVID-19 en Brasil.
Los maks se han convertido en un problema político en Brasil, con Bolsonaro despotricando durante mucho tiempo contra su uso y negándose con frecuencia a usar uno en público a pesar de un requisito legal para hacerlo.
En la entrevista radial, el mandatario argumentó que con gran parte de la población ya vacunada o habiendo contraído el virus, no se necesitan mascarillas.
Pero los epidemiólogos dicen que es demasiado pronto para tal movimiento, especialmente debido al aumento de la variante Delta en Brasil. Aunque casi el 60% de la población de Brasil ha recibido su primera dosis, solo el 25% está completamente vacunado.
Bolsonaro dijo que también había encargado un estudio sobre el uso de máscaras con el fin de recomendar el fin de su uso generalizado.
Con más de 570.000, Brasil tiene el segundo número más alto de muertes por coronavirus del mundo solo detrás de Estados Unidos, impulsado, según los epidemiólogos, por la falta de medidas nacionales coordinadas de distanciamiento social.
Bolsonaro dijo que esperaba que se pudiera fijar una fecha para poner fin al uso generalizado de máscaras más tarde el lunes.
Sin embargo, cualquier medida de este tipo podría resultar en gran medida discutible, ya que los estados y municipios son libres de establecer sus propias restricciones de COVID-19 en Brasil. Cualquier posición del gobierno federal sobre el asunto probablemente solo funcionaría como una guía, aunque la base de extrema derecha de Bolsonaro la consideraría una victoria.
