El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo el lunes que no quería “aburrirse” con preguntas sobre el hito de 600.000 muertes por COVID-19 que pasó hace unos días el país más grande de América Latina.
Las cifras de las encuestas de Bolsonaro han caído debido a su manejo de la pandemia, el aumento de la inflación y una economía débil. Brasil tiene el segundo número de muertos por COVID-19 más alto del mundo después de Estados Unidos, y Bolsonaro ha buscado durante mucho tiempo minimizar el impacto del virus, promocionando curas no probadas y criticando los bloqueos.
El lunes, Bolsonaro estaba rodeado de simpatizantes en la playa de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, cuando un periodista le preguntó sobre el número de muertos en el país.
“¿En qué país no murió la gente? ¡Dímelo!” el respondió. “Mira, no vine aquí para aburrirme”.
Actualmente, 601,011 personas han muerto por COVID-19 en Brasil, con más de 21,5 millones de casos en total.