El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo el viernes que si ordenaba a los militares tomar las calles y restablecer el orden, “se seguirá el orden”, lo que generó nuevas preguntas sobre su politización de las fuerzas armadas.
Hablando durante una entrevista televisiva, Bolsonaro dijo que no “entraría en detalles sobre lo que estoy preparando”. Pero dijo que “si tuviéramos problemas, tenemos un plan de cómo entrar al campo … nuestras fuerzas armadas algún día podrían salir a la calle”.
Los comentarios de Bolsonaro, un ex capitán del ejército de extrema derecha que durante mucho tiempo ha elogiado la dictadura militar de dos décadas de Brasil, harán poco para calmar a los críticos que se preocupan por su politización del ejército. A otros les preocupa su compromiso con un traspaso pacífico del poder en caso de un resultado ajustado en las elecciones presidenciales del próximo año.
La presión sobre el presidente ha aumentado a medida que la pandemia de coronavirus de Brasil se ha salido de control. Ha enfrentado críticas generalizadas por su manejo del brote en Brasil, que tiene el segundo mayor número de muertes por coronavirus del mundo después de Estados Unidos.
El mes pasado, Bolsonaro puso a su exjefe de gabinete a cargo del Ministerio de Defensa y cambió a los tres comandantes de las fuerzas armadas como parte de una reorganización del gabinete que recibió conmoción por parte de altos oficiales militares.
Desde su victoria electoral de 2018, Bolsonaro ha hecho acusaciones infundadas de fraude electoral en Brasil, que según los críticos podrían sentar las bases para desafiar las próximas elecciones en la misma línea que su ídolo político, el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Bolsonaro apoyó las conspiraciones de Trump de una elección robada el año pasado, que culminó con el asalto mortal de sus partidarios el 6 de enero contra el edificio del Capitolio en Washington.
