Después de las protestas que causaron impacto en la movilidad y complicaron el retorno de algunos usuarios a sus casas, se entrego el balance de lo ocurrido: 40 buses del sistema integrado de transporte, 26 troncales y 14 zonales, fueron vandalizados, un conductor y un miembro del Esmad resultaron lesionados.
Las perdidas por los daños a los vehículos superan los 20 millones de pesos.
Ya se ha vuelto costumbre que si algún colectivo se ve afectado por una decisión de la administración, de inmediato la solución es hacer una «protesta pacifica», que afecta la operación del sistema Transmilenio y a su vez a la totalidad de los ciudadanos de la capital.
Los bicitaxis, que en un principio eran solo de impulso humano, ahora se les ha instalado, a la mayoría, un motor a gasolina de dos tiempos que permite desarrollar altas velocidades. Además son fuertemente contaminantes y han protagonizado accidentes que han causado victimas fatales.
Es una realidad que hemos vivido. La mayoría de los conductores de estos vehículos son migrantes venezolanos, que se creen los dueños de las calles y los andenes de la ciudad, no respetan las normas de tránsito, conducen agresivamente y si alguien tiene algún inconveniente con un usuario, peatón o automovilista, de inmediato se despierta una solidaridad entre ellos que garantiza que salgan impunes de cualquier circunstancia.
Al respecto, la alcaldesa mayor de la ciudad Claudia López, ha sido clara en que los bicitaxis están autorizados para operar siempre y cuando sean de tracción humana, haciendo énfasis en que los vehículos con motores son ilegales y estos deben salir de las calles por el peligro y número de accidentes que a diario protagonizan.
Las autoridades han reportado estar alertas para evitar mas bloqueos en las diferentes vías de la ciudad.
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