Gustavo Petro Urrego, el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, ha cumplido 100 días en el poder, los cuales han sido considerados de manera óptima por sus defensores en materias de paz y relaciones internacionales, pero también han causado gran incertidumbre frente al panorama económico entre opositores y el sector empresarial.
Durante los primeros meses de gestión se apuntó al restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Venezuela y al impulso de la ley 418 de la “Paz total” la cual tiene como principal objetivo la definición de una política de estado guiada a preservar y garantizar la seguridad humana ; frente a la primera situación se pronunció el mismo presidente aludiendo al fracaso de la apertura formal de la frontera, pues las mercancías siguen pasando por trochas ilegales lo que obstaculiza el correcto flujo económico entre ambas naciones. Con respecto a la ley de Paz total se desprendió una controversia ya que dentro del articulado de la misma se contemplaba otorgar una amnistía a todos los manifestantes detenidos por la comisión de distintos delitos dentro del marco del paro nacional en 2021, debido a las presiones políticas y ciudadanas el artículo tuvo que ser eliminado.
Otro de los grandes logros para el gobierno progresista ha sido la puesta en marcha de su cuestionada reforma tributaria, la cual fue aprobada pese a su turbulento debate en las esferas política y busca recaudar unos 20 billones de pesos en su mayoría, a expensas del tributo aportado por quienes generan dinero. Pese a la victoria con la aprobación de la reforma se tuvo que ceder en la remoción de algunos apartados, aún así las alarmas no se han apagado en el sector económico y empresarial, por lo cual desde todo el gabinete de gobierno tienen la ardua tarea de no permitir que la carga de impuestos a empresas y/o fuentes de dinero y progreso para el país acabe con la economía y por consiguiente perjudique el recaudo de capital.
A la incertidumbre por el estado de la economía nacional se suma la recesión sufrida a nivel mundial y el gran talón de Aquiles evidenciado en el gobierno, la incapacidad para dar mensajes claros frente a futuros proyectos; lo más polémico ha ocurrido desde el Ministerio de Minas y Energía en donde la Ministra Irene Vélez y la Viceministra de Energía Belizza Ruiz han comunicado en varias ocasiones sobre el cese en la exploración y explotación petrolera alegando una transición hacia las energías renovables. La situación en cuestión ha retumbado en los mercados nacional e internacional, e incluso el Ministro de Hacienda José Antonio Ocampo ha desmentido en público las declaraciones de Vélez y Ruiz, lo que contrasta con las declaraciones del presidente en la COP27 en donde manifestó su intención de abandonar los sectores petrolero y de carbón. Con las posiciones discordantes es claro que la estabilidad energética de Colombia dependerá exclusivamente de los movimientos a realizar por parte del Gobierno Nacional para lograr la tan mencionada transición energética, pues no es un cambio que pueda hacerse de un día para otro y mientras se logra, lo pertinente es cuidar el mercado y evitar así una catástrofe económica.
Finalmente, la percepción social del gobierno Petrista no es del todo clara, pues se debe tener en cuenta que a tan solo tres meses de iniciada la gestión ya se han realizado tres marchas nacionales y diversas manifestaciones sectoriales, aún así los resultados de las encuestas no siguen un balance en común, pues en un tracking realizado a inicios del mes de noviembre por noticias RCN y la firma GAD3 se reveló que el 39,4% de los consultados están insatisfechos o muy insatisfechos con la gestión, el 34,2% está satisfecho o muy satisfecho, y el 24,5% no se ubica dentro de ninguna posición. Frente a la pregunta sobre si la situación del país ha mejorado o empeorado el 62% afirmó que ha empeorado, mientras que el 16,5% afirma una mejoría. Los datos contrastan con los obtenidos por las encuestas Invamer y CNC en donde la gestión de Petro es aprobada por el 49,7% y el 61% de la población respectivamente.
