viernes, marzo 29, 2024
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(ANÁLISIS) La venganza de Evo

Por Carlos Echavarría

Cuando los regímenes totalitarios salen del poder, siempre buscan retomarlos por cualquier medio, con el único fin de tomar venganza en contra de las personas que consideraron responsables por sus caídas. Ese es el caso de la vuelta a poder del ex mandatario Evo Morales, por intermedio de quien llaman “su títere”, Luis Alberto Arce y la víctima que recibió todo el odio del exmandatario, fue la expresidente, Jeanine Áñez.

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Todo comenzó el 20 de octubre de 2019, cuando Evo Morales se presentó nuevamente para ser reelegido presidente de Bolivia, pasando por encima de la Constitución que él mismo había modificado. La OEA presentó un informe en donde dio a entender que las elecciones habían sido fraudulentas, lo que sumió al país suramericano en una serie de revueltas populares en contra de la cuarta elección de Evo.

El día 10 de noviembre de 2019, Morales dimitió del cargo, cuando en televisión nacional, salió el Jefe de las Fuerzas Militares de Bolivia, General Williams Kalima, y le retiró el apoyo del ejército a Molares y le pidió su renuncia; adicionalmente, la Policía también se reveló, cuando se rehusó a disolver las marchas en contra del mandatario Morales e incluso hizo parte activa de ellas. Sin el apoyo del ejército y la policía, a Evo solo le quedaba el camino de la Renuncia.

Ante la renuncia de un mandatario, la Constitución Boliviana tiene previsto que asume el cargo el vicepresidente, quien, en ese momento era la fórmula presidencial de Evo, Álvaro García, quien no aceptó la presidencia, por considerar que se estaba efectuando un golpe de Estado en contra del mandatario Morales. los siguientes en la línea de mando, eran la presidente del Senado, Adriana Salvatierra y el presidente de la Cámara de diputados, Víctor Borda, quienes eran del mismo partido político de Morales y que tampoco asumieron el cargo por tener la misma línea de pensamiento del vicepresidente. Allí se llegó hasta el quinto en la línea de mando, la vicepresidente del Senado, Jeanine Áñez, quien asumió las riendas del país y dándole fin a la ola de protestas en las calles.

Áñez convocó al Senado para tomar medidas de emergencia a fin de estabilizar el país, siendo el cuerpo colegiado, quien determinó que Áñez fuera la presidente mientras convocaba a nuevas elecciones generales, las cuales se realizaron el 18 de octubre del año pasado.

Como normalmente ocurre en los países latinoamericanos, vistos como repúblicas bananeras, el pueblo que se reveló en contra de la dictadura socialista de Evo Morales, fue el mismo que nombró presidente a su delfín, Luis Alberto Arce, quien asumió la presidencia el 8 de noviembre de 2020.

Con Evo de vuelta en tercera persona y su socialismo del siglo XXI recargado, comenzó la cacería en contra de las personas que consideró como responsables de su dimisión; atacando primero a la ex presidente Áñez, detenida el 12 de marzo pasado, bajo los cargos de terrorismo y sedición. La fiscalía boliviana, también emitió órdenes de captura en contra de los generales del ejército, Williams Kaliman y Sergio Orellana, y en contra cinco exministros de la administración Áñez.

Cuando sale del poder un presidente socialista, el país queda con sus arcas completamente vacías y el aparato productivo en ruinas, lo que lleva al nuevo mandatario a comenzar la reconstrucción desde cero; pero, ese proceso es lento y requiere un gran esfuerzo de todos los ciudadanos, lo que implica que la reconstrucción generalmente no llega antes de las próximas elecciones; es allí en donde las personas decían que estaban mejor bajo la administración pasada porque les daban subsidios o vales de alimentos, lo que permite que estos mandatarios regresen al poder.

Es precisamente ese pensamiento cortoplacista y carente de esfuerzo, el que lleva a las personas a votar por Fernández en Argentina, Arce en Bolivia, Arau en Ecuador y posiblemente Petro en Colombia. El socialismo crea clientes por medio del hambre y cuando regresan al poder, muestran su sed de venganza en contra de los que buscaron cambiar el rumbo de los países que destrozaron en sus administraciones.   

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