Por Claudia Posada
Aunque hablar de las amenazas que ponen en alto riesgo a la Amazonía, ahora
resultó que es también un engaño, y por lo tanto atribuido a los etiquetados con el
rotulo de socialistas, es más importante seguir insistiendo en la sensibilidad
ambiental, sin prestar atención a necedades que no valen la pena. En Colombia
nos falta mucha consciencia ambiental, por lo que se hace menester poner sobre
la mesa estos asuntos que van más allá de comentarios condescendientes pero
pasajeros, sin acciones de respaldo que los refuercen. La Amazonía, por ejemplo,
está siendo azotada como nunca. Parece que algunas actividades asociadas a la
agricultura y a la ganadería, ambas particularmente en busca de exportar soja y
carne para la China, respectivamente, han desatado cambios en el uso del suelo,
muy inconvenientes.
Por lo anterior, debe ser bien recibido por la sociedad colombiana, que se
adelanten políticas y estrategias para reducir la deforestación en el bioma
amazónico colombiano. (“Un bioma es el conjunto de ecosistemas característicos
de una zona biogeográfica que está definido a partir de su vegetación y de las
especies animales que predominan”). La ministra de Ambiente y Desarrollo
Sostenible, Susana Muhamad, dijo por estos días desde el departamento del
Meta, que era urgente frenar la deforestación, enfatizando que es necesario un
trabajo articulado para que la Amazonía se puede convertir en el gran cinturón de
inclusión social, de la economía y la biodiversidad. (¿Será porque habla de
inclusión social que ya hay voces en su contra y la tildan de incompetente como a
la de Minas y Energía? Más bien puede ser que están pisando callos a los
intocables, a aquellos a los que sí les están permitidas sus bravuconadas
insolentes).
Supimos -y nos alegra- que los funcionarios del Sistema Nacional Ambiental
tengan proyectada intensas giras regionales con el fin de reunir asambleas
sociales y autoridades locales para que de manera colectiva se acuerde una
transición productiva que fortalezca la economía forestal y contribuya a frenar la
deforestación. Como ciudadanos debemos apoyar y colaborar con este tipo de
actividades que pueden llegar a ser importantes acciones por la salvación de los
bosques.
Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, están orientando sus
planes bajo la estrategia de contención de la deforestación, avanzando mediante
acuerdos sociales que contribuyan a reducir ese grave problema. Si el objetivo es
empoderar a las comunidades, pueblos y ciudadanía en general en las decisiones
ambientales relacionadas con la deforestación, significa que la Ministra Susana
Muhamad, va por buen camino: “Estamos empezando el diálogo territorial para
concertar acuerdos sociales con las organizaciones campesinas del Meta,
Guaviare y Caquetá, esto con el firme propósito de hacerle frente a la
deforestación de la mano de las comunidades”. Parece ser que las gestiones
iniciadas en los territorios han sido bien acogidas, lo que no hace pensar que se
está en sintonía con posiciones ambientalistas de gran alcance.
Por lo menos en el Meta, los alcaldes y las autoridades ambientales están
dispuestos a unir esfuerzos para adelantar los procesos que se retrasaron en
materia de sustitución de cultivos ilícitos, evitando así el acrecentamiento de la
deforestación en los territorios: “Queremos que la biodiversidad sea el centro de la
actividad económica. Con los alcaldes quedó claro que esto tiene que venir de la
mano de las garantías a esas comunidades; de la inversión para esa transición,
teniendo en cuenta las dificultades de orden público qué hay en este momento;
por eso, parte de la estrategia tiene que ver con La Paz total” Otro pecado que le
van a indilgar a la Ministra, hablar de “Paz total”. Valiente amor tan raro el que
dicen tenerle al país desde la oposición. Así es como se percibe que la hacen:
Odiando a los que quieren que todos “vivan sabroso”; detestando a los que
buscan acercarse a la “paz total”; impidiendo que los que más tienen más
aporten; fomentando la discriminación, y negando cierto tipo de violencias
ejercidas y comprobadas, porque no son ellos las víctimas.
El Ministerio del Ambiente tiene un Plan de Contención de la deforestación y
deberíamos apoyarlo porque no se trata de encasillarlo como “invento” de este
gobierno. El Planeta necesita atención y por Colombia en particular debemos
actuar sin dilatar lo que conviene a todos, poniendo por encima de ello lo que
conviene a unos cuantos. ¿Cuáles son los puntos del Plan? 1. Acuerdos sociales
con las comunidades campesinas y étnicas y fortalecimiento de los Pagos por
Servicios Ambientales. 2. La consolidación de una economía forestal de la
biodiversidad que incluye el turismo y los productos forestales no maderables con
el fin de fortalecer procesos de agroindustria. 3. Paz Total, fundamental para la
implementación de caminos pacíficos de contención de la deforestación.
4. Trabajo con la Fiscalía en la investigación criminal frente a los actores
determinadores de la deforestación. Y 5. Establecimiento de zonas en las que
tiene que intervenir la Fuerza Pública para contener la deforestación.
Mirando con buena voluntad las propuestas por el bien común, sin atropellar el
Planeta, seguramente encontramos puntos de acercamiento; y si hay
discrepancias, tratar de conciliarlas no será tan difícil con argumentos de fondo,
despojados de prejuicios. Mientras estemos enceguecidos por rencores
inconfesos, finalmente nos estamos haciendo daño nosotros mismos. Y por ahí
derecho se lo estamos haciendo a las generaciones venideras que seguramente
se preguntarán el porqué de tanto egoísmo al destruir los bosques para satisfacer
ambiciones de hoy.